Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de rosa está la rosa
y todo el Nilo en la palabra Nilo.

(Jorge Luis Borges, “El Golem”)

Seguimos con la magia de las palabras y su elección.

Te propongo un pequeño experimento de percepción: cierra los ojos, céntrate, respira y repite de forma centrada “Elección… elección… elección”

Muévete un poco. Ahora, cierra los ojos, céntrate, respira y repite de forma centrada “Decisión… decisión… decisión”

Muévete un poco y, ahora, compara, ¿cuál de las dos palabras tuvo más carga para ti? Si eres como la gran mayoría (por no decir la totalidad de personas con las que he hecho este experimento), es posible que decidir tenga mayor carga, se sienta más pesada o con algo de ansiedad.

Y es posible que esto ocurra por las maravillas de la etimología :-)

Mientras decisión tiene que ver con “matar”, “cortar” (ver: escisión, homicidio; usualmente “separar en dos”), elección tiene que ver con el derecho que tengo escoger entre varias posibilidades.

Y en otro post comentaré más sobre posibilidades y elecciones; por ahora, te pregunto ¿qué se abre para ti como posible cuando eres capaz de elegir que cuando te sientes obligado a decidir? y ¿de qué formas puedes hacerte más consciente de las palabras que tiendes a utilizar?

Y, queridos amigos, podría ser este uno de los tesoros ocultos esperando ser descubiertos y compartidos con libertad.

Un abrazo,

Julio